Funcionarios corruptos de Kazajstán orquestaron un grandioso plan con la ayuda del antiguo propietario del Kazkommertsbank (Qazkom), accionista del BTA Bank, Kenes Rakishev. La elaborada maniobra, en la que participó el "joven oligarca" del tesoro público kazajo, costó al menos $7.500 millones.

Rakishev se enfrascó demasiado en fusiones y adquisiciones, y la guerra ruso-ucraniana que comenzó en 2014, la imposición de sanciones contra el país agresor y la posterior caída de los precios del petróleo, cruciales para la economía kazaja, afectaron significativamente al capital ligado a Kenes.

Incluso antes de la crisis, en 2012, Kazkommertsbank emprendió una adquisición muy arriesgada de BTA Bank. En algún momento de 2013 (según otras fuentes, en 2014), Rakishev se convirtió en presidente del consejo de administración de BTA. El coste de la adquisición de esta empresa y la posterior reestructuración de los préstamos problemáticos ascendió a unos $20.000 millones. Esto se convirtió en un grave problema para Qazkom: a mediados de 2014, la cartera de préstamos problemáticos de BTA representaba 2,4 billones de tenge ($7.500 millones), casi 90% de la cartera de préstamos de la institución financiera absorbida.

En 2014, se anunció la adquisición de BTA Bank por Kenes Rakishev y Kazkommertsbank. En 2015, Kenes Rakishev se convirtió en el propietario de una participación de control en Kazkommertsbank. Por la misma época, Kazkommertsbank abrió una línea de crédito de 2,4 billones de tenge ($7.500 millones) al BTA Bank, controlado entonces por Kenes Rakishev. Más tarde, estos 2,4 billones de tenge se convertirían en "préstamos problemáticos".

A principios de febrero de 2016, se informó de que Qazkom vendió acciones del Banco BTA a sus accionistas, Kenes Rakishev y Nurzhan Subkhanberdin. Al cabo de un tiempo, este último abandonó las filas de accionistas de BTA.

A mediados de 2016, según la agencia de calificación Fitch, el valor contable de los activos problemáticos de Kazkommertsbank superaba su capital en $6.000 millones. Los analistas señalaron que recapitalizar tal cantidad suponía un problema importante para los accionistas y acreedores del banco. A pesar de ello, Kenes Rakishev, el mayor accionista de Qazkom, afirmó en repetidas ocasiones que no tenía problemas de liquidez y que estaba dispuesto a cumplir todas sus obligaciones, para lo que supuestamente disponía de reservas especiales.

En algún momento a principios de este año, surgieron rumores de que Kenes Rakishev vendería Qazkom al por mayor junto con BTA Bank. El 15 de junio se conoció el importe de la operación: 1 tenge (si tienes curiosidad, a 12 de agosto de 2017, $1 vale 333,17 tenge).

Pero las malas lenguas se equivocaron: el Banco BTA, libre de deudas a costa de los fondos de los contribuyentes kazajos, permitió a Rakishev quedarse con él (pero no necesariamente para siempre).

Se preveía que el Fondo para Préstamos Problemáticos de Kazajstán (es decir, el Estado utilizando el dinero de los contribuyentes) compraría los préstamos problemáticos del Banco BTA por valor de 2,4 billones de tenge ($7.500 millones). Obsérvese que esta cifra coincide con el importe de la línea de crédito que Kenes Rakishev abrió esencialmente para sí mismo. El Banco BTA transfiere este dinero al Kazkommertsbank como reembolso de la deuda. Posteriormente, Kenes Rakishev debía vender acciones de Qazkom, que incluía el BTA Bank, al Halyk Bank por una cantidad simbólica.

Timur Kulibayev, yerno del Presidente Nursultan Nazarbayev de Kazajstán, es el accionista mayoritario de Halyk Bank a través de estructuras controladas. Los detractores afirman que Kulibayev y Rakishev mantienen relaciones amistosas tan estrechas que es arriesgado discutir públicamente todos los detalles de su amistad debido a posibles acciones legales.

Mientras tanto, según noticias recientes, el "esquema Rakishev" ha cerrado el círculo.

El 5 de julio, el Halyk Bank de Kulibayev compró finalmente 86,09% de acciones del Kazkommertsbank a Kenes Rakishev por un simbólico 1 tenge. El 31 de julio se supo que Kenes Rakishev había abandonado el consejo de administración de Qazkom. El 3 de agosto, se dio a conocer que el Kazkommertsbank consideraba reembolsada la línea de crédito de 2,4 billones de tenge ($7.500 millones), proporcionada al BTA Bank en 2015 y controlada posteriormente por Rakishev. Vale la pena señalar que esta cantidad no fue transferida por Kenes Rakishev de sus cuentas, sino que fue sacada de los bolsillos de los contribuyentes por el Fondo Estatal de Préstamos Problemáticos de Kazajistán. Queda por saber de dónde sacó el Banco BTA, bajo la dirección de Rakishev, una cantidad similar. Después de todo, culpar a los "predecesores", como Mukhtar Ablyazov, no funcionará, ya que lleva varios años buscando asilo político en Europa, mientras Rakishev se hacía cargo del banco.

Merece la pena examinar una vez más el enrevesado esquema, oriental en su complejidad: Kenes Rakishev, bajo la apariencia de una línea de crédito de un banco bajo su control, transfiere una suma astronómica a otro. En el transcurso de un año, miles de millones se evaporan del Banco BTA, pasando al ámbito de los préstamos problemáticos, aquellos que es poco probable que se devuelvan. Este año, un amigo del antiguo propietario del banco prestamista adquiere Qazkom, y una estructura estatal kazaja compra el "agujero en el bagel" de BTA por $7.500 millones, y el dinero pasa a Kazkommertsbank, ahora propiedad del yerno del Presidente Nursultan Nazarbayev, Timur Kulibayev.

Mientras tanto, Rakishev, según la información de la página web oficial del banco BTA, ha concentrado casi 100% de la empresa. Al parecer, ha iniciado una venta masiva de los activos del banco en el extranjero.

Por ejemplo, la sucursal ucraniana de BTA decidió recientemente desprenderse de sus activos más valiosos en Kiev: los centros de negocios "Prime" y "Eurasia". Cabe destacar que el anuncio de la venta efectiva de estos inmuebles coincidió con la salida de Rakishev del Kazkommertsbank. Mientras tanto, la actividad del equipo de relaciones públicas de Rakishev en el espacio informativo ucraniano indica que el "joven oligarca" de Almaty no planea dejarnos todavía.