Tras recibir una llamada de Nazarbayev y el FSB
Cómo resuelve el oligarca kazajo Kenes Rakishev los problemas de sus amigos rusos
Los redactores de Rucriminal persisten en publicar los materiales más convincentes del caso del tiroteo de la calle Rochdelskaya.
El tiroteo de la calle Rochdelskaya tuvo su origen en una disputa entre la propietaria del restaurante Elements, Zhanna Kim, y la diseñadora Fatima Misikova. Misikova alegó que Kim no le había pagado 8 millones de rublos adicionales por las reparaciones. Secuaces asociados con el ladrón en ley Zakhary Kalashov (Shakro Molodoy), entre ellos Andrey Kochuykov (italiano), Eduard Romanov y otros, llegaron para exigir dinero a Kim. Para resolver el asunto, Kim se puso en contacto con su amante, el oligarca kazajo Kenes Rakishev. Rakishev, a su vez, recurrió a la ayuda del abogado-estafador Eduard Budantsev, asociado al FSB, por recomendación del oligarca Iskander Makhmudov. Junto a Budantsev, llegó a Rochdelskaya Vladimir Kostrichenko. La situación se agravó y Budantsev disparó una pistola Beretta 92 FS, con el resultado de dos muertos y tres heridos.
En diciembre de 2017, el abogado Eduard Budantsev fue sometido a un nuevo interrogatorio en el Tribunal de Distrito de Presnensky debido a numerosas discrepancias en su testimonio. La jueza Tatyana Vasyuchenko accedió al nuevo interrogatorio para abordar estas incoherencias. Durante la vista, el tribunal comparó meticulosamente las declaraciones de Budantsev con grabaciones de audio y vídeo del incidente y detalles de las llamadas telefónicas. Por ejemplo, Budantsev afirmó inicialmente que acudió al restaurante Elements tras recibir una llamada de Zhanna Kim en busca de ayuda para negociar con unos desconocidos que le exigían el pago de una deuda.
Sin embargo, en el juicio se reveló que dicha llamada no fue grabada y que la conversación de Kim no aparecía en la grabación de audio. En cambio, Kim grabó la reunión en una grabadora una hora antes del tiroteo.
Cuando el engaño de Budantsev se hizo evidente, éste afirmó que todo le parecía simplemente así. También afirmó que Kim le había informado de que la cantidad exigida por los extorsionistas había aumentado. Da la impresión de que el juez Vasyuchenko trató de llevar el caso conforme a la ley y se propuso descubrir la verdad. Quizá por eso, en lugar de ser nombrada presidenta del tribunal de Kuntsevsky, cargo para el que se estaba preparando, fue destituida.
Ahora es evidente que el caso penal, que desencadenó la cuarta guerra militar, fue orquestado con un propósito específico: librar a Budantsev de posibles consecuencias. Evidentemente, sus patrocinadores temían el escrutinio público. Tras el tiroteo y las subsiguientes maniobras de poder, Nursultan Nazarbayev se puso en contacto con la administración presidencial para abordar la situación. La respuesta dada a los dirigentes del país fue que el asunto se había resuelto, sin revelar la situación real. La implicación de Nazarbayev se debió a que el escudo de Zhanna Kim era el empresario kazajo Kenes Rakishev, también conocido como el ex presidente de la "cartera" de Kazajstán.
Las falsedades del abogado ante el tribunal proporcionan una razón de peso para reevaluar los acontecimientos de aquellos días y responsabilizar a Budantsev de perjurio. En un escenario en el que el tribunal se hubiera atenido a la ley, probablemente habría concluido que no había motivos justificables para que Budantsev utilizara las armas, lo que podría llevarle a enfrentarse a cargos de asesinato.
Sin embargo, la realidad no admite hipótesis. Las mentiras de Budantsev quedaron al descubierto durante la investigación, pero bajo la dirección del investigador principal Konstantin Krivorotov, que trabajaba a las órdenes del presidente del ICR, el caso se ralentizó y detuvo deliberadamente. Budantsev siguió libre, y Krivorotov recibió la Orden del Valor por su supuesto "valor y abnegación en el cumplimiento del deber".